Siempre, Paris

Dice mi padre que todos venimos de París, y es bueno siempre volver al lugar de tus orígenes para poder conocerte aun más, así que se puede decir que estoy viviendo en un lugar en el que ya estuve pero que no era capaz de recordar.
Y ojala Paris no andara cabizbaja por estas fechas, se proclama el apagamiento de la ciudad de la luz, se empieza a definir como ciudad museo, temática, escenario turístico, ciudad que ofrece un rastro de lo que llegó a ser…

Y subir las escaleras de Montmatre hoy en día no tendrá lo mismo que ver que antes, el mito de los estrambóticos pintores, el halo de Renoir, Monet, Degas, Dalí, Picasso… nos lleva a subir a la cima de Montmatre deseando encontrar el mismo aroma que dejaron, pero se esfumó hace ya mucho tiempo… Su lugar está ocupado por acuarelistas, imágenes de un pasado, autores de postales naif, bares y todo tipo de atracciones para turistas, El barrio bohemio ha cambiado mucho desde aquellos tiempos, ojalá hubiera estado allí, incluso hace 40 años cuando mi padre, con apenas 20 se sumergía por esas calles, indudablemente quedaría más de todo eso que hoy en día.

Pero a pesar de todo, la fuerza del mito PARIS no decae, y no creo que lo haga nunca, ni que se apaguen las luces de la ciudad, seguiré haciendo una de las 2 pocas cosas que se pueden hacer gratis en esta ciudad, pasear, caminar por cada barrio, cada parque que te invita a soñar. La otra es contároslo, intentar convenceros de que Paris no es una nebulosa de lo que era la luz, porque para los amantes del arte, de lo cultivado y sensible, para mí, Paris siempre será demasiado.

Espero no haber aburrido con mis reflexiones, pero a veces intento transmitiros algo más que el “que os echo de menos”, gracias a todos por vuestras firmas, mami, Amparo, hermanas, cuñada, amigas, novio… jeje gracias, os quiero y pronto nos vemos.